El debut apático de River Plate en 2025: promesas estelares, mismo desgaste
El debut apático de River Plate en el Torneo Apertura 2025 frente a Platense dejó en evidencia una realidad incómoda: el equipo de Marcelo Gallardo repite los fantasmas del pasado. Con un plantel reforzado por figuras como Gonzalo Montiel, Enzo Pérez y Lucas Martínez Quarta —inversiones millonarias que superaron los 25 millones de dólares en total, el Millonario mostró una falta de profundidad y claridad que contrasta con las expectativas generadas. A pesar de dominar inicialmente el partido con intensidad, River no logró concretar su juego en el área rival, chocando contra un Platense que cerró espacios y aprovechó un error defensivo para marcar el 1-0. El resultado final (1-1) reflejó un equipo que, aunque invirtió en jerarquía, aún no encuentra su identidad.
La debilidad defensiva fue clave en este debut apático. Franco Armani, símbolo de seguridad en años anteriores, protagonizó un desliz al soltar un centro que terminó en gol tras desviarse en su codo, un error que encapsuló la fragilidad del equipo. En ataque, River dependió de remates lejanos, como el de Manuel Lanzini, y de centros desesperados a Miguel Borja, quien, pese a su historial goleador (32 goles en 2024 27), fue anulado por la defensa de Platense. La falta de movilidad y creatividad en el último tercio reveló que las incorporaciones estelares no bastan para resolver problemas estructurales, especialmente cuando el rival aplica presión constante.

El manejo táctico de Gallardo también contribuyó al debut apático. Sus cambios llegaron tarde: Matías Rojas ingresaron cuando el partido ya exigía urgencia, y la inclusión de Pablo Solari, aunque cargada de energía, no aportó precisión. Más cuestionable fue la decisión de utilizar a Simón como lateral derecho, un experimento que desequilibró al equipo. El Muñeco, quien había prometido “no soportar la conformidad”, pareció aferrarse a jugadores que ya no rinden.

Si bien es pronto para conclusiones, el debut apático de River Plate en 2025 plantea dudas. La hinchada, que soñaba con un equipo revulsivo, hoy ve un espejo del River de 2024: promesas incumplidas y una sensación de déjà vu. Para evitar que este año termine como el anterior, River debe seguir actuando en el mercado y Gallardo, replantear su estrategia para acomodar el barco.